S entimos que se van haciendo realidad muchas de las cosas que nos decía en la inauguración el P. Emilio Velasco, Visitador General de los Misioneros y Misioneras de los SS. Corazones:
“Me estoy imaginando que este lugar va a poder ser un verdadero ‘pozo de agua viva’ para este barrio y para las gentes que lo habitan. Así es como lo hemos soñado e imaginado.
Todos tenemos sed. Tenemos sed de felicidad, de ser reconocidos, de amar y de ser amados, sed de tener cubiertas nuestras necesidades básicas (tierra, techo, trabajo), sed de saber y de aprender cosas nuevas, de entablar relaciones auténticas y profundas, de poder vivir con dignidad… En el fondo todos tenemos sed de Dios aunque a veces no le pongamos ese nombre.
Cada vez más crece la pequeña comunidad cristiana en torno al Centro Misionero P. Pere Riera. Cada domingo, se reúne y celebra la memoria del Señor. Y cada sábado, se realiza la catequesis de niños y adolescentes, la de adultos tiene lugar algún día de la semana o, si es posible, algún domingo.
El pasado 30 de septiembre, se realizaron los bautismos de los niños y niñas que este año reciben la primera comunión. A este grupo se sumó el bautismo de bebés, que en su mayoría eran familiares.
Además de la transición de la fe, en el Centro Misionero se desarrollan diferentes proyectos y talleres de promoción humana y solidaridad. Al menos tres veces a la semana, en horas de la tarde, tiene lugar la escuela de adultos para terminar la secundaria. Dicha escuela está patrocinada por el programa estatal: “Fines”.
P. Anaclet Mbuguje, M.SS.CC.