Bodas de plata sacerdotales en el Caribe

26 mayo, 2023
Ordenación Sacerdotal de Justin Munguiko, M.SS.CC.
23 mayo, 2023
Presentació de la Biblioteca de la Real
30 mayo, 2023
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Nuestros hermanos Francisco José Rodríguez Genao y Rafael Antonio Tavárez, M.SS.CC., celebraron de manera conjunta sus 25 años de vida sacerdotal. La celebración tuvo lugar el pasado 20 de mayo de 2023 en la parroquia Santa Rosa de Lima, Santiago, Rep. Dominicana.

Bodas de Plata de los PP. Francisco José Rodríguez Genao (ordenado el 06-06-98) y Rafael Antonio Tavárez Gómez (ordenado el 21-03-98).



 

Durante la celebración eucarística, presidida por el Delegado P. Isaías Mata, se leyeron las semblanzas de los hermanos y que reproducimos más abajo:

 

Francisco José Rodríguez Genao

C uando la década revoltosa del los `60 llegaba a su fin, con el mayo francés y en dominicana aun en la efervescencia del Abril Inmortal, y frescos y recién iniciados los Doce Años de oprobio innombrables, venía a la luz una quietud inigualable, un manantial de calma, un arrullito de Dios, como angelito que se hace presente en la aurora; así, en décadas convulsas era echado en este andar de la vida nuestro Francisco José. Sus padres Doña Teresa, aquí con nosotros, y Valentín, “Vile”, quien se nos ha adelantado a la Fiesta sin Fin. Es el primero de cinco hermanos. Nacido en una familia que destila tranquilidad y sosiego. Desde las entrañas de una barrio popular y bullanguero, se fue abriendo paso en el día a día en edad temprana con su parsimonia inquebrantable.

Francisco José es como uno de eso personajes que nos narran la vida de los santos. Quienes le conocen bien podrán recordarle en su niñez y adolescencia como monaguillo pegado a la sotana de los padres Jaime Reynès, quien luego fuera su maestro de novicios; o con el recordado Pedro Santos en los rincones del Ejido, o con nuestro excéntrico padre Colombo rezando más de una vez el ave maría. Sabemos que Dios es siempre es el que llama a los que quiere, eso es una verdad que nos amerita explicaciones, mas, con Francisco José, podemos asegurar que su elección fue con mayor ahínco, como aquella del profeta Jeremías, desde el vientre, o la que dice Jesús a los suyos: “les he elegido para que vayan y den fruto y ese fruto permanezca”.

En la Congregación tiene el récord de mayor participación en convivencias vocacionales, apenas con 14 años ya estabas en las andaduras y en la aventura que le deparaba el Señor. Sus primeros pasos en este andar lo fueron de las manos de German Santos. Cuando pasó al período llamado prenoviciado en la congregación, primera etapa de los estudios, ya había participado en una catorce convivencias. Si hay alguien que conoces los temas de formación y de jornadas vocacionales, no hay que mirar a otro lado, tiene un nombre compuesto: Francisco José.

En la recordada calle tercera de nuestro barrio la Altagracia, todos los que tuvimos la oportunidad de compartir y convivir con Francisco, le recordamos con tesón y como persona que transmite serenidad aun cuando todo pareciera una convulsión. Solo quien sabe poner en la mano de Dios todo, sabe también que en El todo se transforma. Y, ciertamente, “hay que dejar hacer a Dios” como decía el padre Fundador. Hacemos buena memoria de esos años de cercanía, de sueños al futuro, de fraternidad y familiaridad. Todos quisimos a Frank, todos queremos a Frank. Y es para nosotros ese modelo de ser que expresa, sin palabras, la ternura y misericordia de Dios. Es, como algunos le decimos, nuestro santo.

Realizó sus primeros votos temporales el 17 de agosto de 1992 cuando ya llevaba un año en la filosofía y un año de novicios. Posteriormente continúa los estudios filosóficos en el Seminario Mayor Santo Tomàs de Aquino y luego pasa a la teología en el Centro de los padres Dominicos. En días cargados de este faenar universitario era común verle concentrado y rojísimo trabajando con las neuronas para bien rendir en los mismos, no solo para obtener las mejores calificaciones, sino para responder con entusiasmo y dedicación a la gente más sencilla del barrio querido e inolvidable de la Altagracia. Todos sabíamos en la Casa de Formación que debíamos prepararnos de lo mejor para ser servidores de nuestro pueblo. Entre sudores y trasnoche Francisco siempre supo poner lo mejor de sí. Sin rehuir a los estudios ni a los muchos trabajos manuales que siempre aparecían en la Casa.

Hoy celebramos sus veinticinco años con un adelanto de días, para poder hacerlo junto a otro compañero y amigo, Padre Rafael Tavárez que el pasado 21 de marzo lo cumpliera, fecha en la Francisco recibiera su diaconado. Nos encontramos acá para elevar nuestra alabanza agradecida al Señor de la Historia y de la Vida.

Sus votos perpetuos y definitivos los proclamó el 17 de agosto 1997, y casi un año más luego, junio 6, recibiría su ordenación sacerdotal de las manos de Mons. Juan Antonio Flores.

Ha rodado por la viña del Señor recorriendo espacios congregacionales por Argentina, en la parroquia Jesús Salvador, llevándole a misiones de verano en el Chaco y Valcheta en la inmensa Patagonia; en las dos parroquias Santa Rosa de Lima de este terruño y actualmente sirve como buen pastor en la parroquia san Juan Bautista de la Salle. Por la tierra de Monseñor Angelelli y Gardel cursó estudios de especialidad en teología pastoral. Esto le han servido para bien acompañar a las comunidades que les ha correspondido, pero también para ser compañero de camino con gran parte del estudiantado de nuestra congregación, algunos de esos estudiantes ya hoy son sacerdotes.

Estos avatares le han conllevado desafíos importantes a los que se deben responder en la cotidianidad de la formación: la disciplina, la interculturalidad, la adaptación y los estudios, el medio diverso en cual desenvolverse, los cambios generacionales, la convivencia comunitaria, la coherencia entre fe y vida, estar al lado de los más alejados.

Hoy es fiesta de la vida, es fiesta del Señor. Por esto nos encontramos hoy aquí. Que la vida misma le siga deparando buenos años entre nosotros, y que la fuerza del Espíritu ilumine su ministerio.

 



 

Rafael Antonio Tavárez Gómez

El lugar donde creció y vivió se le llama Palo Quemado, pero ese espacio orográfico es antónimo de lo que el nombre expresa, es lugar apacible y de un verdor conjugado en toda su degradación cromática. Frescor y limpieza entran en los pulmones, una buena bocanada de aire produce alivio al alma y fácil inspiración poética. Recorrer bajo la sombra de los cafetales y las hojas de cacao bañada como de otoño, nos indican la hondura del corazón y la cercanía sincera, sin malicia, que brota de Rafael. Rafael Antonio llamaron sus padres al último destello de luz que salió del vientre de doña Gertrudis Gómez, mujer de acogida perpetua, de sonrisa en los labios y el corazón en las manos como donación, y don Antonio Tavárez, hombre de buen conversar en historias variadas, marcado por la tierra y el trabajo con el que levantó esa hermosa familia de diez hermanos. Desde el seno eterno celebran con nosotros la fiesta de su hijo. En la fiesta del cielo acompañan también sus hermanas.

A finales de agosto del 1989 daba el paso de entrar en la Congregación de Misioneros de los Sagrados Corazones, haciendo camino al andar de la mano y del cariño de su padrino Padre Gilberto Quezada Abarùa . Siempre pidiendo la bendición como buen ahijado que es. A Rafael le caracteriza la rectitud en el obrar, el cumplir con lo que es su compromiso, aún más allá de lo posible. Siempre está en disposición para celebrar el culmen de la vida cristiana, la Eucaristía y visitar la casa de amigos y feligresía. De su padre hereda el don de la conversación y del trabajo incansable. Aún en su convalecencia le hemos visto, y le vemos, dar más allá de sus fuerzas. Del seminario le conocíamos como lector asiduo, sin estridencias ni parafernalias… simple y sencillo, tal como la tierra de donde viene.

Tiene una retentiva única, inigualable, exquisita. Posee la capacidad de recordar conversaciones; detalles que a todos nos pasarían desapercibidos en Rafael se quedan como si fuesen fotografías del momento. Cumpleaños, fechas y datos históricos, encuentros añejos y caras de personas de decenios atrás los trae a la memoria como recién vividas. Todos, en nuestra Delegación Caribeña, sabemos que, si Rafael nos da una fecha de tal o cual cosas, no hay que buscar bitácoras ni calendarios, porque eso es así, y es así porque lo dijo Rafael. Tiene precisión milimétrica en las cuestiones neuronales… en su ser hay aprendizaje constante y sinapsis continuas.

Le acompaña un repertorio de cuentos e historietas sin par. Su humor es de una finura especial y tantas veces es humor para inteligentes; su acervo en los “decires” y la seriedad con que cuenta los chistes le granjean una simpatía inaudita y una atención loable. Para historietas y demás lleva dentro un cajón desde donde van saliendo a montones las narraciones, también aquí parece una especie de Google de carme y hueso. Lleva día a día, línea tras línea y hojas tras hojas un diario iniciado por allá en agosto del 1992 cuando apenas se comenzaba el noviciado. Es una reliquia más preciada que el oro fino.

Su primera profesión religiosa fue en agosto del 1993. Cursó la filosofía en el Seminario Mayor Santo Tomàs de Aquino y luego desarrollo sus conocimientos en los estudios teológicos en el Centro Santo Domingo de Guzmán. Llega así a sus votos perpetuos el 26 de octubre del 1996, recibiendo el diaconado siete meses después, en mayo 1997. Desde siempre brilla por su puntualidad, por ser cumplidor y llevar a cabo en medio de la comunidad la cercanía con la gente. Quienes le conocen de más cerquita saben de su trato afable y su amistad sincera; él recuerda siempre la llamada telefónica cumpleañera, aunque sea de un minuto para desear felicidades y recordar su amistad forjada en el corazón, o el paso a saludar por la casa de sus conocidos, aunque sea como una centella. Allí está y presente se hace. Es un don. Es su don.

Ya sacerdote estuvo destinado en Pamplona, Navarra, y debe ser el cura que en la Delegación ha tenido más destinos a parroquias, algunas de ellas por tiempo sumamente breve. En Costa Rica realizó estudios bíblicos que le aportan un basto conocimiento de este mundo maravilloso de la Historia de Salvación, basta escucharle como con facilidad hace memoria textos y narraciones del mundo de la Sagrada Escritura. Aquellos pininos en materia bíblica que se iniciaron con Jaime Reynés y Luis Quesada en el noviciado, son el acicate del conocimiento de estos días.

Recorrer caminos, pasar una jornada o días, siempre es la oportunidad para la conversación, para recordar algún párrafo de un libro, una sentencia de José María Cabodevilla, una noticia de tal cosa una anécdota. Y para los buenos recuerdos que siempre está presto a recordarnos.

Hoy celebramos la vida sacerdotal de nuestro querido padre Rafael… celebrada hoy en conjunto a Francisco José con quien se compartió esa hermosa década de los noventa en nuestra Casa de Formación P. Joaquín, cercanía y amistad a flor de piel. Celebración de plata festejamos y con ella el anhelo profundo de que el Señor continue guiando los caminos que conducen a la construcción de su Reino.

Veinticinco años celebramos, pero para ser precisos y en honor a la verdad y al padre Rafael, hoy festejamos 25 años, 60 días y 11 horas con 45 minutos de la ordenación sacerdotal de Rafael Antonio Tavárez Gómez. Y si lo dijo Rafael, así es.

 

P. Agapito Antonio RAMOS VALDEZ, M.SS.CC.

 

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