Bodas de Plata de CONFER
27 diciembre, 2018
Entrega de diplomas
27 diciembre, 2018El pasado día 17 de septiembre aterricé con cuatro horas de retraso en el aeropuerto de Las Américas en Santo Domingo. Me esperaban a partir de ese momento cuatro semanas de visita a nuestras comunidades de la Delegación del Caribe. Me acompañó el P. Daniel Echeverría que llegó a la isla algunos días después. A continuación os cuento sobre la Obra Social que nuestra pequeña Congregación está llevando a cabo en el Caribe. Podéis leer más en la edición nº 125 del boletín 'Noticias de Familia'.
N uestra pequeña Congregación está ofreciendo un servicio de primera línea en los lugares donde está presente, todos ellos llenos de carencias sociales que abarcan ámbitos muy diversos.
Siento que estamos siendo de verdad ‘competente socorro’ pues tratamos de ofrecer una respuesta adecuada, oportuna y necesaria a tantas realidades desde donde la vida nos reclama: madres trabajadoras, familias monoparentales y/o con medios económicos limitados, niños que necesitan ser educados en medios populares, jóvenes con inquietudes pero con pocas oportunidades, barrios sin atención sanitaria, precariedad de la vivienda, infraestructuras deficitarias…
Los dos centros de El Café y de La Mina desarrollan una actividad febril que se despliega incluso los domingos con clases de inglés. El primero de ellos ha ‘crecido’ un piso desde la última vez que lo vi. Por ellos pasan anualmente unos 2.700 alumn@s a quienes se les ofrece un amplio abanico de cursos y módulos de formación profesional. El último que se ha puesto en marcha se llama ‘Grabando Dominicana’, tiene que ver con las técnicas audiovisuales y está siendo financiado por el Govern Balear. Fue un placer colaborar con los muchachos que quisieron hacernos una entrevista en un estudio que nada tiene que envidiar a otros. Eso, y degustar el suculento ‘sancocho’ que nos preparó el taller de cocina y que compartimos con un grupo de profesores en una sala bellamente ambientada como si de un restaurante se tratase sin que faltasen en ella los correspondientes camareros, todos ellos alumnos del módulo de hostelería.
Además, el centro de El Café se transformará por las mañanas en un politécnico a partir del curso que viene gracias a los convenios que se han firmado con el gobierno dominicano. En él estudiarán en principio unos 225 muchachos y muchachas mayormente provenientes de la barriada.
De estos mismos convenios se beneficiarán además nuestros dos colegios parroquiales de la Capital -‘Santo Socorro’ y ‘P. Vicente Yábar’, que acompañan en su educación a chicos y chicas que que pertenecen en muchos casos a familias con dificultades económicas.
Visitamos además tanto la guardería de la Parroquia Santa Rosa de Lima como la Estancia infantil de La Altagracia. Gracias a ellas muchas mamás jóvenes y a veces solas pueden trabajar para sacar adelante a sus familias. Las mejoras y ampliaciones realizadas en los edificios son patentes a primera vista y redundan en un servicio de más calidad a los más de 200 ‘peques’ que las frecuentan.
Las farmacias populares de las parroquias de La Altagracia y de Fantino y el Centro de Salud de El Café son otras tantas iniciativas que van saliendo adelante gracias al trabajo a veces voluntario de quienes se han propuesto no escatimar a la gente más desfavorecida ciertos recursos básicos orientados al cuidado de la salud.
Naturalmente nada de esto podría funcionar sin la muy apreciable labor de un numeroso grupo de laicos muy bien capacitados desde el punto de vista profesional y cercanos a la espiritualidad de la Congregación. Por nombrar sólo a los que ocupan puestos de mayor responsabilidad quiero nombrar a Edwin, Eleazar, Doña Esmeli, la Dra. Cinthya, Odiyeirmi, Fátima, Lucrecia… sabiendo que junto con ellos trabajan en equipo muchos otros sin los cuales esta inmensa tarea sería inviable.
Y todo eso sin olvidar las luchas que sostienen algunos Congregantes como los PP. Nino y Toni Ramos para conseguir mejoras en las infraestructuras. Me refiero, por ejemplo, a lograr que las autoridades tracen finalmente sendas carreteras asfaltadas para las comunidades del campo -en Fantino y Santiago- porque a veces son prácticamente inaccesibles mediante vehículo debido al mal estado de las rutas de tierra que conducen hasta ellas.
P. Emilio Velasco, M.SS.CC.
