¿QUIÉNES SOMOS?

RELIGIOSOS CON UNA ESPIRITUALIDAD PECULIAR


P retendemos, ante todo, seguir las huellas de Jesucristo. El religioso descubre un tesoro escondido y apuesta por él. Concluye que ni el dinero, ni el sexo, ni el poder constituyen el sumo bien.


En términos clásicos todo esto lo dicen los votos de pobreza, castidad y obediencia. Aunque, bien entendido, estas virtudes son medios y no fines. Nadie se hace pobre, casto u obediente porque sí. A menos que no esté en sus cabales Pero puede dar el paso cuando la decisión favorece una mayor agilidad en la vida. Cuando le pone altavoz al anuncio de que existe un Padre común que nos quiere solidarios y tiene para nosotros una misión.


Los Misioneros de los Sagrados Corazones hacemos una opción por la contemplación de Dios en la Historia y en la vida de oración, siguiendo el ejemplo de María que contemplaba el Misterio de Cristo en su Corazón.

Sagrados Corazones en la Comunidad de Butare.

Somos religiosos y Misioneros de los Corazones de Jesús y María. Este título le da color y concreción a nuestro estilo de vida consagrada. Aunque nos distanciamos de las imágenes del corazón de Jesús o de María carentes de estética —que abusan de los colores y los detalles anatómicos— y no sintonizamos con la abundancia de interjecciones.


Nos referimos al corazón como símbolo de la profundidad de la persona. Creemos que el ser humano dispone de un centro de donde surgen sus opciones morales y donde nutre las más comprometidas decisiones.


Jesucristo en la cruz se dejó traspasar el costado por la lanza. Esta es la tarjeta de visita de los Misioneros de los Sagrados Corazones de Jesús y María. Creemos que vale la pena dejarse traspasar por la lanza de la injusticia y la insolidaridad a fin de aliviar a los innumerables traspasados de nuestro mundo. Pensamos que en un mundo «descentrado» por la violencia, el sexo, la corrupción y las largas filas de exiliados, vale la pena tratar de reparar el centro roto que es el corazón humano.


NUESTRO CARNET DE IDENTIDAD

Por Jesús Alegría Iturralde, M.SS.CC.
MI NOMBRE
Nuestra Congregación ha sido recibida en la Iglesia con el nombre de Misioneros de los SS. Corazones de Jesús y de María.
MI NACIMIENTO
Fue el 17 de agosto de 1890 en San Honorato de Randa, -Mallorca- bajo la autoridad del Obispo Jacinto Ma. Cervera. Los sacerdotes Joaquim Roselló, Francesc Solivellas y Gabriel Miralles, el seminarista Julià Mut y el postulante de ermitaño Agustí Maspons fueron los primeros congregantes.
MI REALIDAD
Empezamos por una humilde aceptación de nuestro pequeño Instituto. Somos pocos pero creemos que Dios ha puesto su carisma en nuestras manos, como el granito de mostaza del día de la fundación. No nos avergonzamos de nuestras limitaciones, y rehusamos los desmedidos sueños de grandeza que nos impidan afrontar el presente con valentía.
MI PROFESION Y DISTINTIVO
Hicimos profesión de buscar en primer lugar el Reino de Dios y de construir su justicia.
La intensa caridad fraterna es el distintivo de nuestra vida. Es el anhelo y exigencia de quien nos fundó: Amémonos como los SS. Corazones de Jesús y de María nos aman. Como en los primeros cristianos sea tan estrecho el lazo de caridad que nos una que,como en ellos, puedan descubrir en nosotros, quienes nos traten, un solo corazón y el mismo espíritu.
MI ESPIRITUALIDAD Y PROPÓSITO
El Fundador centró su espiritualidad en que Dios es Amor y por ello desea atraer a todos hacia sí para comunicarles su felicidad eterna.
El signo más expresivo de este amor es Jesucristo en la cruz con el corazón traspasado, y María, aguantando de pie en el Calvario, con el corazón lacerado en la hora del mayor amor.
Hacemos el especial propósito de impregnarnos de la espiritualidad de los SS. Corazones y transmitirla en nuestra vida consagrada y misionera.
MI MENSAJE Y OBLIGACIÓN
El amor que Dios nos tiene es la buena noticia del Evangelio. Nos lleva a dar la vida por los hermanos y a proclamar la esperanza del Reino, que engendra fraternidad entre los hombres.
De la devoción a los SS. Corazones nada tengo que advertiros: ya sabéis que estamos obligados por voto a darla a conocer, a extenderla por todas partes, a hacer, si posible fuere, que el mundo todo se consagrase a ellos (P. Fundador).
MI PREFERENCIA
Preferimos los ministerios propios de la vida apostólica, sobre todo la predicación de la Divina Palabra.
Tenemos un oído atento y gran disponibilidad para correr a los lugares más necesitados, dejando en segundo término aquellas iglesias que puedan desenvolverse por sí mismas.
MI ESTILO DE PREDICACIÓN
Lo señala el Fundador: Predicación sencilla, no afectada ni valiéndonos de palabras altisonantes y frases pomposas.
El Espíritu nos otorga la fuerza de predicar la Palabra con total libertad, sin miedo a la coacción externa ni pusilanimidad interior.
MI ALIMENTO PARA EL CAMINO
La Palabra de Dios, leída y meditada asiduamente, es viático para nuestro camino, guía para penetrarnos de los sentimientos de Jesús, buscar la voluntad de Dios y animar nuestro Ministerio. Si no conocemos las palabras de Dios, ¿qué predicamos?
MI ESTILO DE VIDA Y ESPERANZA
La sencillez, el espíritu de comprensión de fraterna acogida en un ambiente de verdadera familia.
Sea en el templo, en el altar, en casa del enfermo o al ir por la calle, en cada uno de nosotros, no debe verse sino la persona misma de Cristo.
El pensamiento y la confianza de que nuestra vida religiosa se prolonga en la patria del cielo, en donde, por estar lejos de allí, muy lejos, la muerte, ya no habrá jamás separación y se enjugará toda lágrima.

Medallón de la bóveda de Sant Honorat que inspiró el título de la Congregación de los Misioneros de los Sagrados Corazones (1890).

 
'Buscad en primer lugar el Reino de Dios'
(MT 6,33)